proyecto Echaurren
El Proyecto Echaurren tiene como primer propósito preservar, investigar y difundir el Archivo Echaurren García Huidobro, un corpus muy variado y extenso de documentos y objetos que pertenecieron a esa familia y que hoy permanecen inéditos. La conservación material de todas estas piezas es excelente, y están resguardadas en manos privadas.
Actualmente, el proyecto se está manejando en distintos niveles: por un lado, se está realizando un cuidadoso trabajo de digitalización (sólo documentos y fotografías); por otro, se están transcribiendo las piezas manuscritas, dándole prioridad a las epístolas. Al mismo tiempo, y con los resultados obtenidos hasta la fecha, ya han se han dado pasos importantes en el objetivo final, que es hacer de éste un proyecto de Humanidades Digitales tal y como se definen globalmente: analítico, variado, experimental, lúdico, estético, colaborativo y abierto a la actualización, la colaboración y el acceso de todo quien quiera indagar en él.
Las tres grandes líneas que se están desarrollando a partir de herramientas digitales en esta etapa (con el tiempo, se espera incluir otras nuevas) son las redes de conexión y grafos, los mapas georreferenciados y el marcado de texto con lenguaje XML-TEI. Para revisar los avances del proyecto, dirigirse aquí.
¿De qué se constituye el Archivo Echaurren García Huidobro? Lo primero que hay que decir, es que se trata de un archivo muy vasto, que abarca los años de 1660 a 2001 y reúne cerca de 13.000 piezas; y también muy variado, porque en él se atesora un repertorio largo y heterogéneo que incluye planos de casas, jardines y predios agrícolas; bitácoras personales relativas a la toma de hábito; borradores de contratos y negociaciones; boletas, cartolas bancarias y libros de contabilidad de gastos; informes escolares; cuadernos de viaje; testamentos; fotografías y daguerrotipos; censos y capellanías; certificados de limpieza de sangre e hidalguía; relaciones de méritos y servicios; periódicos, pasquines y folletos; expedientes judiciales y escrituras notariales; y desde luego la correspondencia oficial y privada, acompañada de libros copiadores de cartas y telegramas.
Los documentos más antiguos corresponden a los fundadores de las ramas Echaurren y Herrera; datan de 1660 en adelante y fueron reunidos, catalogados y guardados por Francisco Echaurren García Huidobro (Santiago, 1824-1909). Este mismo, figura pública que ocupó algunos ministerios e intendencias además de haber sido diputado en varias ocasiones, fue a su vez archivando los documentos oficiales y la correspondencia recibida a lo largo de su vida, todo lo cual permaneció intacto tras su muerte, en la misma casa que siguieron habitando las siguientes generaciones. De estas últimas también se conservan epístolas y otros escritos, aunque en un porcentaje significativamente menor.
Del total de piezas documentales que actualmente componen el AEGH, más de 7.000 corresponden a epístolas (privadas y oficiales).